En un emblemático edificio del centro de Palma, se encuentra ubicada esta oficina de 86 m² pero que apenas tiene 3,5 metros de fachada útil. El uso como despacho de Arquitectura permite un programa versátil en su concepción, por lo que se plantea una secuencia de espacios, priorizando la zona de trabajo y vinculándola a la fachada. Más allá de esta zona de trabajo, que se plantea de forma abierta, encontramos la sala de reuniones, concebida como un cubículo de vidrio que permite que la luz natural llegue a la tercera zona, donde se encuentra el acceso a la oficina y donde se ubican la cocina y el baño.
Se busca un ambiente acogedor, tranquilo y austero, que permita diferentes dinámicas de trabajo. Se opta por materiales naturales, dando mucha importancia al uso de la madera, tanto para suelos, como para revestimientos de paredes y falsos techos. Se acompaña de una iluminación indirecta que enfatiza estos materiales.